Revue Romane, Bind 26 (1991) 2Jøgen Schmitt Jensen:Jørgen Schmitt Jensen
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Después de la evaluación de la base teórica de este libro, hecha por un lingüista y pragmatista teórico, y de la discusión de un eminente experto del español, gran conocedor de la problemática de ser/estar - tema, tal vez, a pesar de todo, secundario en la obra de LF - mi tarea se reduce a formular algunas reflexiones dispersas respecto a un libro sobre ser/estar en español -o de la enunciación. Ambos pueden naturalmente considerarse como temas del libro - como indica el título y como diría LF en una situación menos polémica que la de la defensa de la tesis. Sin embargo, en este acto, ella, fuertemente provocada, declaró que su meta principal con este estudio era el análisis teórico de aspectos de la enunciación. «Si además» - dijo - «se podía lograr también lo otro, lo de ser y estar, ¡tanto mejor!»
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El libro de LF muestra claramente el alto nivel internacional en el que se encuentran hoy nuestras investigaciones humanísticas. Podemos constatar que siguen innovándose, y que se obtienen resultados, en último análisis útiles, de estudios no inmediatamente «programados», es decir, de pura investigación de base. En la amplia galería de personajes de la última novela de Umberto Eco, II Pendolo di Foucault, se encuentra una persona muy importante, una chica hermosa y extremadamente inteligente, Amparo. A pesar del nombre, es brasileña (y cree en espíritus y dioses), y ante un pequeño misterio de la física, declara su firme opinión acerca de cómo es realmente este caso. Dice el texto: Amparo era ferme nella sua fede. «Non importa che cosa accada nel caso Sería muy injusto decir que nuestra autora piensa, en general, como Amparo con respecto a lo empírico. Por 'el contrario, sus exigencias en cuanto al papel de lo empírico están claramente explicítadas, como p.ej. al comienzo, en la pg. 13, en su exposición ternaria de lo teórico, lo analítico y lo empírico, después de haber declarado: «Mi trabajo se debe, en primer lugar, considerar como una contribución teorética a una discusión lingüística». Confirma inequívocamente en su gran apéndice central (!!) (pgs. 121-122) cuáles son las exigencias que debemos formular a la hipótesis sobre ser/estar, concretada, si así se puede decir, en la espiral (pg. 36), para que podamos aceptarla como válida. Me limito aquí a citar la tercera y última exigencia: «No debe haber casos en los que el modelo pueda ser invalidado por el material.» Es decir que LF no representa directamente una actitud a lo Amparo en lo tocante a las posibilidades de corrección que tiene lo empírico en la hipótesis. Y, sin embargo, parecen existir en su texto huellas - para utilizar su propia terminología - de una fase anterior en la que, tal vez, dominaba más lo aprioristico. El estado de la teoría frente a lo empírico está expresado con claridad, lo que no impide que, a veces, surja la impresión de que lo teórico tiene primacía sobre lo empírico. Por ejemplo en lo que atañe al modelo transformacional generalizado como óptica, donde parece que LF, de vez en cuando, es prisionera del modelo (véase p.ej. pgs. 127, 145 y passim y todo lo tocante a la gramática casual, pg. 68-88). De ahí nuestra incertidumbre acerca del centro de gravedad de este estudio: ¿un estudio metódico sobre aspectos de la enunciación, de la «creación del sentido», con algún material ilustrativo anejo (ser/estar)'? - ¿o una monografía sobre ser/estar con una parte teórica necesaria para elaborar un instrumento adecuado para la investigación y el análisis propiamente dichos? El título, y sobre todo el subtítulo, contribuyen fuertemente a esta incertidumbre. La cuestión acerca de la estrecha cohesión entre las dos partes puede tener algo que ver con lo que yo, de manera algo impertinente, llamaría una actitud a lo Amparo.Me refiero, p. ej., a lo que podría ser una «huella» de la enunciación original, si bien en otro contexto: «Si hablo de 'récit/discours' (...) como de una diapositiva, se refiere al hecho de que se pueden considerar como una cristalización de un estructura compleja que exige determinaciones de varias estructuras parciales, situadas en diferentesniveles. La determinación no es empírica, hay que subrayar esto. Así no es
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directamente aplicable a un material empírico» (pg. 102, la traducción es mía). Aquí querría insistir en el término directamente: muchos de los análisis de este libro tienen sentido precisamente por la distinción entre estos dos registros. Y en general, hay que mantener la constatación de que lo empírico, como resulta de los análisis, parece apoyar la teoría en un gran número de puntos. Lo que hace pensar en una actitud a lo Amparo es más bien su concepto de la Todo esto tiene que ser posible hacerlo de forma más sencilla, sin, por ello, truncar y escamotear esta maravillosa mecánica. LF conoce el español tan bien y tan a fondo que sus análisis, en general, son apasionantes y sugestivos, y esto da a su libro un gran valor en sí. Además, LF conoce también lo que ella, no sin cierto desdén, llama la tradición. Aquí hay que añadir que va bastante lejos en su exaltación frente a innovaciones teóricas atrayentes y cautivadoras; p. ej. en la pg. 91, donde aboga por la problemática de la enunciación como el primer paso dado por la lingüística en su alejamiento de una concepción representacionalista de la lengua, «donde la función primaria de la lengua es la representación reflejada de una realidad no-lingüística», exagera considerablemente. NO, Hjelmslev se opone justa y justificadamente a lo que él llamaba el realismo ingenuo. Otros van más allá, en la misma dirección, afirmando que la lengua forma la realidad (Sapir, Whorf), y Martinet subraya siempre y enérgicamente que la lengua no es un calco de la realidad. Continuando su desaprobación de lo que ella llama el representacionalismo, LF menciona las indicaciones en el enunciado acerca de la enunciación y concluye, en su caracterización del representacionalismo: «La filosofía domina lo lingüístico, y esto no es bueno». ¡Vaya! En esta concepción aparentemente inmanente no podemos no estar de acuerdo, aunque, probablemente, lo entendamos de modo diferente: ¡ni la filosofía, la lógica, la psicología - ni el psicoanálisis - deben dominar la lingüística! Si la aspiración profunda de LF por lograr un marco definitivo para sus teorías en la dirección de un sistema teórico - sistema que ella misma sabe que no logra - si, como digo, esta aspiración y este anhelo son tan impresionantes, tan inspiradores, es sobre todo, porque asistimos aquí al proceso, no a la teoría en esse o, mejor, no a la teoría in stare, in statu, sino in fieri. Esto resulta muy positivo en el trabajo de LF, cuando tantas veces se puede criticar a otros por demasiado incompletos. En su lucha con, y contra la espiral, LF nos lleva hasta el epicentro del proceso, y, generosamente, nos invita a seguirla. Uno de los puntos de vista que caracteriza toda esta teorización es la concepción, heredada de la gramática transformacional, de los diferentes niveles, de la profundidadversus la superficie, con respecto a la «formación» de una frase o una estructura a partir de otra, en relación a una estructura profunda, «precedente», hasta la realizaciónen un enunciado, es decir, todo el proceso que es la enunciación. En esta construcción es donde hay que ver en última instancia el programa de LF, sus modelos,sus esfuerzos para «retro-proyectar» hacia las estructuras fundamentales que crean el sentido, hasta las estructuras modales alético-veridictorias. He aquí su concepción de la modalidad como un efecto fundamental, en combinación con su utilización de la gramática casual de Fillmore y J. M. Anderson, en la profundidad. He aquí todo lo que LF piensa descubrir en un movimiento dialéctico entre lo teórico y lo empírico, y apoyar en sus eminentes descubrimientos de los «resultados» del proceso
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de enunciación, - en sus análisis de ser/estar. Ella diría, probablemente, que lo de la profundidad es sólo una metáfora. Sí, es una metáfora muy atrayente, y funciona sobremanera. Pero como tenemos únicamente el enunciado como objeto del análisis - más las huellas que deja la enunciación en el enunciado, diría LF - esta metáfora me parece muy peligrosa. La estructura profunda hace referencia a otras profundidades,y a menos que dejemos dominar totalmente a la psicología y a otras disciplinas afines, dudo mucho de la justificación de una lingüística tridimensional. La estructura fràstica del enunciado es lineal (incluyendo la estructura que contiene), y las «huellas» se encuentran en la estructura lineal. Lo que para LF es modalidad, análisis desde la perspectiva del locutor (voz, vista), tipos discursivos, factores que casi hasta ahora han llevado una existencia demasiado inobservada, es de importancia decisiva, especialmenteen el contexto de ser/estar. Pero soy escéptico en cuanto al proceso de modalización,de la metafórica de las profundidades, de la subida de las estructuras profundashacia las superficies dejando «huellas» durante la enunciación. Yo creo que, en este caso, se hubiera podido evitar muchas complicaciones en el análisis. Es, en cierto modo, una explicación de cómo todos los indicios en LF de su concepción de la realidad de este modelo analítico me hacen pensar en...Amparo. Se hubiera podido hacer de forma más sencilla sin perder los matices - creo yo. En este contexto nos podemos referir al interesante libro de C. T. G. de Lemos: Ser and estar in Brazilian Portuguese (Günter Narr, Tübingen, 1987), que LF conoce. Naturalmente no hay identidad entre los dos sistemas (BR-E), pero hay tantos rasgos comunes, y la óptica de Lemos es tan parecida a la de LF, que esta referencia tiene sentido. (Que Lemos analice Child Language Acquisition no cambia naturalmente nada en este aspecto.) Basta citar la conclusión de la parte teórica: It seems therefore that ser and estar prédications are to be related not to discourse types, but to a superordinate distinction corresponding to différent perspectives or discourse domains. Ser prédications are thus to be associated with thè domain in which thè 'experimental' aspects of our relations with thè world are withheld in favour of 'objectivity'. Mi escepticismo no debe ocultar el hecho de que el libro de LF, sin duda muy difícil de seguir hasta sus rincones más remotos, es al mismo tiempo, en cierto modo, una guía pedagógica. Hay siempre digresiones, apéndices y recapitulaciones terminológicas. La autora hace mucho por facilitarnos el difícil viaje. Se le podría reprochar que el libro no tenga una composición linealmente única, pero, personalmente, me sentí muy agradecido, sobre todo en la segunda o tercera lectura, por su exposición, a veces pedagógica, - pero también, hay que decirlo, muy farragosa. El material concreto del libro está integrado por textos contemporáneos del españolliterario (pg. 12), con preferencia de autores peninsulares. No pretende analizar, de forma explícita, la lengua actual dialogada. Las consideraciones históricas se limitana expresiones de tipo arcaizante: «Una vez era un pueblo...»(cit. pg. 148). Sabemos(p. ej. a través del libro de J. Falk : Ser y Estar con atributos adjetivales, Uppsala, 1979) que el «territorio sintáctico» de estar está en expansión, tanto en la sintaxis como geográficamente. LF misma pregunta si estar gana terreno en la lengua hablada (pg. 12). Es evidente que necesitamos saber algo sobre este movimiento, diacrònica y geográficamente. Hay por supuesto situaciones ligeramente distintas en el gran territoriohispanófono
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toriohispanófono- o «iberófono». Cfr. p. ej. J. Falk, op. cit., sobre la situación catalana, conservadora, es decir, sobre la zona de estar sintácticamente más reducida, y las consideraciones sobre la situación portuguesa en LE La cuestión de la norma - peninsular, si se quiere - se plantea en comparaciones entre diferentes manifestacioneseuropeas y «transatlánticas», como tal vez la siguiente: Durante un viaje reciente a México estuve en un parque zoológico con algunos amigos mexicanos. Estábamos mirando a un grupo de hipopótamos. Una amiga, que no se ocupa de gramática ni de lingüística, ni de nada en esta línea, exclamó espontáneamente: «¡Qué hermosos están!» Era evidente que ninguno de ellos conocía (bien) los hipopótamos. Yo vivía con el libro de LF y sus problemas, y pregunté a la amiga, con quien no había hablado nunca de ser/estar. «¿Porqué dices están y no son!» Su respuesta fue: «¡Claro, porque nunca los he visto tan de cerca!». LF nos explica el uso de estar en otro contexto parecido, pero no idéntico, el famoso ejemplo «Que blanca está la nieve» (pg. 158). Mi ejemplo le viene de perillas, pero en esta misma «escenificación» el estar mejicano no resulta siempre evidente, con consenso general, en español europeo. Probablemente es posible, y aun normal, a pesar de todo, y puede hasta explicarse con la «comparación interna», la idea general de la fealdad de estos animales groseros versus su aspecto concreto, vistos de cerca. En esta situación, para algunos españoles, el «¡Qué hermosos están!» hubiera sido, de todas maneras, muy marcado. Parece que estamos no muy lejos del límite del territorio del estar, en España por lo menos. Sabemos que este territorio, realmente es más extenso, p. ej. en México, y esto nos enfrenta con el problema de la norma lingüística, vista en su dinamismo sistemático y geográfico. Sería muy útil una determinación de los usos en relación con las posibilidades realizadas y latentes del sistema (o mejor dicho: los sistemas), el problema de la norma, también en vista de los efectos de transgresiones, menores o mayores. Una descripción tal de la norma tiene que ocuparse de ciertos factores dinámicos: ¿Dónde están los límites hoy y en qué dirección van estos límites? Probablemente, en gran medida, en favor de una expansión de estar, como resulta claramente también de muchos casos en LF. Aquí mi crítica de esta obra o tal vez de este proyecto, sería más en el sentido de que es demasiado descriptivo, demasiado poco «generativo». Queremos saber hasta qué punto podemos generar frases aceptables, hasta qué punto podemos usar el «efecto de estar». En la pg. 62 y de forma más breve en la pg. 145, LF cita a Tesnière para una comparación entre ser/estar y el principio de una distinción entre dos casos en ruso {estar: atribución con un caso «adverbial», el instrumental; ser atribución con nominativo). La intuición de Tesnière y después de LF es buena, muy evidente y muy sugestiva, y, como dice LF misma, «muy crudamente adaptada». Y, aunque bastante exagerada en sus consecuencias, es una de las analogías que convencen. Pero, hay que advertir contra generalizaciones más superficiales a partir de lo que parecen, en realidad, realizaciones tipológicamente parecidas de estructuras análogas. Veamos muy brevemente la problemática de la predicación, en general, y en ruso: En un análisis tradicionalmente lineal, la atribución es una construcción «mixta»: Un elemento se subordina a un sustantivo a través de un verbo. Subordinación a sustantivo-? adjetivo; subordinación a un verbo -» adverbio. Aquí la lengua «debería» tener una «categoría intermedia», pero normalmente hay sólo dos (adjetivo o adverbio), y las lenguas suelen escoger la categoría adjetiva, en especial si se trata de verbos copulativos, como en español: la mujer es/esta buena, lai vez la situación alemana
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puede, sincrónicamente, ser analizada como más bien adverbial: er est schòn, sie ist schòn, sie sind schòn ( ~ sie spielt schòn). Esta duplicidad en la función se ve bien en el llamado atributo libre, donde, muchas veces, se puede escoger el adjetivo o el adverbio con matices semánticos poco diferentes: las niñas duermen tranquilas/tranquilamente.(O el adjetivo subordinado al sustantivo en la situación de dormir, o el adverbio específicamente subordinado al verbo dormir, con una diferenciación semánticacorrespondiente, pero muy pequeña). En ruso existe lo que, sin consideracioneshistóricas, se puede considerar como una forma intermedia: 1/2 adverbio y 1/2 adjetivo, declinado en número y género, pero de modo mínimo, en comparación con las formas largas, llenas, que tienen también una declinación casuística. Se trata evidentementede las llamadas formas cortas: predicación (sin cópula): jaw hce: (la) casa (es) nueva. Forma atributiva: hobwh jom : (la) nueva casa. Es verdad que se encuentra, además, la posibilidad de usar el caso «privilegiadamente modal», el instrumental(cfr. TaKHM o6pa3cw, p. ej., : de tal manera). Las construcciones (con adjetivos) corresponden muchas veces a la dicotomía tradicional de ser/estar, lo constante/lo pasajero: HaaeeMCJi, vro cu 6yjeT cHacrjniß (forma corta) (esperemos que él será feliz) y: cHacTjmBNM (instrum.) (...estará feliz), - en la medida en que sean posibles los dos en español. (Hay que subrayar que la situación predicativa en ruso es más complicada de lo que resulta de este breve esbozo). Para concluir quiero destacar el gran numéro de anâlisis muy finos y muy pénétrantes que caracterizan este libro, vistos desde la perspectiva de la modalizaciôn de ser y estar. Sin embargo, quisiera también repetir mi preocupaciôn por esta «prestidigitaciôn» de los conceptos, especialmente cuando se trata de sentidos tan amplios, y por lo tanto muy vagos, como por ejemplo la deixis. LF insiste en el valor de la perspectiva de la enunciaciôn. Ya ne manifestado mi escepticismo frente al peligro de una complication innecesaria en este aspecto, y, luego, mi impresiôn de que todo hubiera podido ser explicado a partir de la tradition. Pero, en este lugar hay que decir que el gran mérito de LF es el de «combinar» las varias teorfas, mostrando, asf, que en muchos casos son solo facetas diferentes de una misma materia, tal vez uniéndose en dos perspectivas diferentes, en récit (ser) y discours (estar). La érudition impresionante de LF, su fuerte compromiso y su eterna necesidad de «actualidad» en su investigation le han permitido por lo menos tratar de Uegar a una sfntesis ecléctica (??) de aquella parte de la lingùïstica, con sus ciencias afines, que le interesa. A partir de allf ha intentado constituir un instrumental que da cuenta sistemâticamente de lo que ella ve con su competencia y con su fina intuition de la lengua espafïola. Hay en este libro anâlisis pénétrantes de textos de prosa que son muy poéticos, y muy claramente explicados, de modo que gran parte de su libro es, en el mejor sentido, literatura. LF afirma en su conclusión: «La intención ha sido abrir el análisis lingüístico al análisis de la enunciación y así llamar la atención sobre la existencia de problemáticas interesantes y decisivas que están a la espera de ser manejadas en el porvenir. Las discusiones y las colaboraciones teóricas ya están en curso por el mundo entero. ¡Ojalá el mundo de la investigación danesa pudiera crear la posibilidad de una investigaciónde base de este tipo en el futuro!» (La traducción es mía). Con ello, probablementedesea que todo esto logre en el futuro una posición central en la lingüística danesa. Debo reconocer que no estoy de acuerdo. No me parece que este libro
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sobresaliente, a pesar de todo, sea un argumento convincente para compartir este Sin embargo, cuántas veces durante mis lecturas de esta obra fascinadora con su tratamiento cariñoso de ser/estar, especialmente en los textos españoles analizados, he exclamado, espontáneamente, ante la mecánica maravillosa de estos dos verbos: ¡qué hermosa está! ¡Nunca la he visto tan de cerca! Universidad de Aarhus |