Revue Romane, Bind 22 (1987) 2

Un breve retorno a la prole románica de PESSULUS, FÍSTULA y FERRUM

por

Yakov Malkiel

Yakov Malkiel

1. A pesar de la amenidad de su tema, el erudito artículo etimologico de Gunnar Tilander publicado en la revista sueca Studia Neophilologica, XXII (1949-50), 1 - 13, está muy lejos de haber recibido la atención crítica que los problemas planteados en él merecían con pleno derechol. Parte de la dificultad estribabais cierto, en lo poco feliz del título elegido por el propio autor: "L'étymologie de portugais fecho, fechar élucidée par la construction des serrures primitives" pone en relieve, eso sí, la componente semántica del problema, subrayando ante todo la deuda del investigador para con la prestigiosa metodología de Worter und Sachen; pero no subraya el mérito principal del estudio, que es el de haber examinado por primera vez, con el debido detenimiento, ciertos grupos de voces mutuamente afines en tres territorios de habla románica separados por relativamente largas distancias geográficas: la zona portuguesa, que se extiende a lo largo de la costa atlántica; el dominio del dialecto gascón colocado en el suroeste de Francia; y el núcleo de la lejana Cerdeña. Además, Tilander se perjudicó a sí mismo acudiendo -sin que se sepa por qué- a una estructura medio caprichosa e irregular de su monografía2. Por último, no descarto la posibilidad de que, de haber tenido ala vista un extenso trabajo sobre las peripecias de PESSULUS 'cerrojo, aldaba, pestillo de la cerradura' que tuvo la mala suerte de salir, en América, a unos dos o tres años después de publicado su propio artículo-*, alo mejor hubiera reformulado ciertas aserciones algo apresuradas que lo afean.

Sea como fuere, por lo visto no se trata a esta altura de ofrecer una detallada crítica atrasadísima del opúsculo de Tilander por amor a la casuística, ya que los méritos y las flojedades de su técnica de investigación, ante todo en el terreno hispánico medieval, ya fueron establecidos, con una casi excesiva abundancia de detalles, hace más o menos un cuarto de siglo4. En lo actual, lo relevante no es la valoración tardía de un artículo cuyos aciertos y fracasos ya pertenecen a la historiografía de nuestra disciplina, sino la aclaración de varios problemas que, en parte por azar, apasionan más a la presente generación de investigadores de lo que inquietaban a filólogos y lingüistas de fines de los años cuarenta.

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Entre tales cuestiones, figura en primera línea el íntimo parentesco de la latinidad portuguesa con la sarda. Es el gradual descubrimiento de un número cada vez más elevado de isoglosas lusosardas, ante todo léxicas, el que nos empuja a reanudar el examen de los mismos problemas que hace unos cuarenta años preocupaban, por otras razones, al profesor de Estocolmo. Otro pretexto, u otra disculpa, es la crecida curiosidad por el fonosimbolismo tan característica de nuestra edad. Por último, la arqueología prehistórica ha conseguido averiguar varias reverberaciones de la introducción del hierro. De ahí que, al lado de FÍSTULA y PESSULUS, en cuyas trayectorias reparó debidamente Gunnar Tilander, nos resulte imprescindible colocar el desarrollo de FERRUM, fenómeno que él parece haber desatendido.

2. Repito que el principal -y, a mi entender, incontestable— logro de la indagación de Tilander arraiga en su feliz tentativa de descubrir un denominador común para unos procesos paralelos que tuvieron lugar en tres zonas esparcidas y bastante alejadas una de otra: Portugal, Gascuña y Cerdeña. Hay más: con rarísimas excepciones los lusófilos tradicionalmente muestran escasa inclinación a investigar el fondo léxico de los dialectos gascones; los peritos en el terreno tan resbaladizo de la dialectología meridional de Francia apenas si manifiestan curiosidad por los procesos que debieron de tener lugar en el rincón noroeste de la Península Ibérica (hagamos caso omiso del interior de Cerdeña); mientras los estudiosos del sardo, de ordinario, guardan un silencio absoluto sobre las etapas por las cuales debió de pasar el latín provinciano antes de asumir las formas medievales o modernas ora del portugués, ora del gascón.

Queda el pequeño residuo de comparatistas auténticos quienes, al prestar atencióna una modalidad neolatina predilecta, no dejan de tener presente el testimoniode las demás lenguas hermanas. A esta categoría privilegiada pertenecen, a menudo, los romanistas escandinavos y los de la Europa central. Así, parece legítimoafirmar que, por meritorios que fuesen ciertos comentarios que hizo, en las postrimerías del siglo pasado, P.E. Guarnerio en su esmerada edición del texto logudorésmedieval Gil Statuti della Repubblica sassarese..., reconociendo por primeravez el enlace entre el verbo del siglo XVI affliscare 'cerrar la puerta' y el regionalismo moderno frñu 'cerrojo', con base en *f(l)isclu, la fase realmente seria de la discusión etimológica comenzó tan solo con la nutrida monografía del comparatista por excelencia en el dominio románico, W. Meyer-Lübke; por lo demás esta monografía corresponde al apogeo de su vertiginosa carrera en Viena: Zur Kenntnis des A Itlogudoresischens. Fue Meyer-Lübke quien, muy a principios del siglo actual, optó por FISTULÂRE (base, en sí, ya familiar a Diez) como punto de partida para affliscare ¡ frñu y, por lo tanto, postuló, con gran atrevimiento,un matiz semántico secundario muy notable para aquel verbo en latín

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vulgar, el de 'cerrar'; luego, fue Leo Spitzer, discípulo directo de Meyer-Lubke, quien, en un trabajo juvenil y, en lo técnico, todavía frágil, jugó con la acertada posibilidad de explicar análogamente la pareja del port, fecho -.fechar. Aun siendo decididamente útiles los datos sueltos que consiguieron reunir los estudiosos del gascón, desde Gabriel Azaïs (1877-79) y V. Lespy, en colaboración con P. Raymond(1887), hasta Simin Palay (1932), sobre flisketjfrisquet (Landes, Ariège), sisklet, sisklet, zisklet, cisklet, tsisklet, kliket, etc. (región entre Tolosa y Cahors), aquellos incansables coleccionistas de variantes regionales carecían de la indispensableperspectiva para explicar el conjunto de los problemas suscitados6. La iniciativaque tomó Tilander al parecer, después de varios tanteos y, quizás, fracasos—de trazar un cuadro de conjunto de la evolución de FISTULÂRE en esa extraña dirección semántica merece aplausos, si bien el romanista sueco no alcanzóa sacar todo el provecho concebible de su paciente acopio de materiales. 3. Pero frente a los innegables méritos de Tilander se impone la necesidad de señalar algunas graves deficiencias de su modus operandi. Solo después de corregir parecidos deslices y aun cálculos erróneos nos sentiremos autorizados a encuadrar la pesquisa de Tilander en un nuevo contexto, al parecer muy alentador.

El error talvez más grave de Tilander consistió en no haber comprendido —o, lo que es más chocante todavía, en haberse negado, a pies juntillas, a admitir— lo sumamente inverosímil de su tesis central de que el port, fechar se remonte a FISTULARE, mientras el gali, y león, pechar, en una zona colindante, y además pesllar, en territorio asturiano ya más alejado, reflejen con entera independencia PESSULARE7. En parecida constelación de circunstancias (idénticas gamas de matices semánticos, casi perfecto paralelismo de las dos redes de derivados), lo único sensato es abogar por un estrecho enlace genético de fechar y pechar, sugestiónque ya habían hecho, largos años antes de la intervención de Tilander, dos especialistas suizos muy expertos en tales materias: el lusófilo e hispanista Jules Cornu yW. Meyer-Lübkeß. La dificultad fundamental estriba en determinar,con base en toda clase de síntomas directos y reverberaciones indirectas, cuál de los dos verbos rivales —ya latinos, ya romances— que están sobre el tapete representa la forma primaria y cuál la reinterpretación. Me atrevo a afirmar que todos los indicios disponibles hablan con unanimidad en favor de PESSULARE como auténtico punto de partida para el entero desarrollo en cuestión. Para comenzar, PESSULARE 'echar el cerrojo' era un verbo suficientemente documentado;a la inversa, en la familia de FÍSTULA, eran formaciones de tipo adjetival,como FISTUL-ÂTUS y -OSUS, las que mejor ponían de manifiesto la extensiónsemántica: 'tubo, caño' > 'caramillo, flauta', siendo lo más plausible que la variante seudo-participial de hecho haya precedido al verbum finitum correspondiente.Lo que Tilander sí ha logrado demostrar con innegable elocuencia

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—para los ojos del lector, mediante los grabados, y para su intelecto— es que ciertos conjuntos de cerradura y llave, en ambiente rural mediterráneo, a veces presentan una estructura bastante semejante a la de una flauta primitiva, o zampon a9. Agregúese a este parecido visual la analogía, que ante todo ha de prorrumpiren tono jocoso o sarcàstico, del crujido o chirrido que está predestinada a producir la cerradura toscamente labrada, al abrirse o cerrarse la puerta con cierta energía, con la primitiva música del caramillo odela flautal^. La sustitución de PESSULÀRE por FISTULÀRE parece, por lo tanto, haber encerrado, en un principio, una especie de chiste, el cual quizás se difundió con tanta mayor rapidezy facilidad como que la /- y la p- (bilabial sorda esta consonante y labiodentalsorda aquélla) manifestaban desde el principio determinada afinidad recíproca en lo articulatorio y también en lo acústico, rasgo que pudo servir de puente. Además, la alternancia de los segmentos -SS(U)L- y -STL-/-SCL- era un fenómenomuy arraigado en la tradición del latín popular (o hablado), como reconociócon acierto Tilander y como, además, admite todo el mundo, haciéndose eco en este respecto de un clásico trabajo de G.I. Ascoli, comentado con frecuencia.

La lexicografía nos enseña que algunos chistes "fosilizados" se propagan a gran velocidad. Así, un equipo de cocineros griegos empleados sin duda en los palacetes de unos ricachos romanos se complació en reemplazar el trivial término zoonímico SUS (o PORCA) 'puerca' por TROIA, ya que, en ambiente culinariogastronómico, la puerca servida embutida de pescado o de toda clase de golosinas evocaba la imagen del famoso caballo de Troya atestado de guerreros griegos hábilmente escondidos: de ahí salieron, en resumidas cuentas, truie 'puerca' en francés, troia en italiano y aún troya en español antiguo (Juan Ruiz)ll. Pero chistes de esa categoría también tienen la propensión a extinguirse pronto: si determinada manera de hablar latín en clave cómica trajo consigo la moda de identificar un ruidoso juego de llave y cerradura con la música de un caramillo, la subsiguiente oleada de latinidad familiar y espontánea, difundiéndose presumiblemente desde otro foco, en teoría pudo permitirse el lujo de desembarazarse del chiste pesado (y pasado de moda), recurriendo en cambio a PESTULUS y PESTULÂRE ya libres de toda contaminación "anecdótica". Esto mismo es cuanto de hecho parece haber sucedido en este caso particular, sin que Tilander —preocupado casi exclusivamente por las corrientes de cultura material y, de resultas, casi indiferente a detalles de la estratigrafía léxica— se haya dado cuenta de la alta probabilidad de tal proceso.

Según mi modo de pensar, una arcaica boga de latín coloquial medio grosero dejó, sin duda entre otros depósitos léxicos, gran cantidad de huellas de HSTULÀRE(con el sentido secundario de 'cerrar a llave') en tres zonas netamente separadasuna de otra y, por lo demás, relativamente atrasadas: Portugal, Gascuña

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y el interior de Cerdeña, mientras en otros territorios romanizados, más abiertos ora a innovaciones, ora a correcciones de tipo sociolingüístico, triunfó el descendientelocal de PESSULÀRE, ya sin mezcla ni modulación graciosa. De haber sido ésta, en realidad, la concatenación de los sucesos, el más valioso aporte de Tilander (del cual, al parecer, ni siquiera se daba cuenta) fue, en visión retrospectiva,el haber identificado a Portugal, a Gascuña y a Cerdeña como ocasionales o habituales beneficiarios de una idéntica moda léxica —destinados a conservar, con notable unanimidad, hasta la fecha actual unos preciosos vestigios de esa moda, borrados o eliminados en otra partel2.

Podemos detenernos con mayor brevedad en aquellas idiosincrasias del artículo de Tilander -debidas, en parte, a la fecha en que fue preparado y redactadoque no afectan directamente al hilo principal de la presente contrapropuesta. Así, apelar a la intervención del fono-simbolismo, máxime en presencia de verbos dotados de significados tan sugestivos como 'tocar un instrumento de música', 'correr la cerradura', 'echar el cerrojo', etc., parece hoy día más simple que proponer a cada paso cruces de palabras a veces difíciles de demostrar, en otras ocasiones poco realistas. Esta consideración se aplica en particular al material gascón, muy abigarrado. En este respecto, es cierto, Tilander no hacía más que seguir la pauta que habían trazado con anterioridad Meyer-Lübke, Ronjat y otros corifeos de aquella épocal-*.

Tampoco se puede justificar su extraña desatención al problema del posible influjo de FERRUM 'hierro'. Por poderosa que fuese, en determinada capa del léxico, la divertida asociación de FÍSTULA y PESSULUS así como de sus respectivosbrotes verbales, no parece lícito dar por superfluo —por lo menos como factorsecundario - la intervención de FERRUM. El caso paralelo de VERUCULUM,variante de VERICULUM (diminutivo, a su vez, de VERU, -ÜS espetónpara la carne') es muy elocuente para que se le descarte. De tomarse como punto de partida para la reconstrucción la forma conjetural, que se apoya en el derivado adjetival VERUCULÂTUS, empleado -muy oportunamente- por Columela, autor de abolengo hispanorromanol4, se reconoce en seguida que la sustitución de la -r- "etimológica" por la -rr- (testigos el fr. verrou y, a su lado, el verbo verrouiller; el esp. anticuado verrojo escrito a veces berrojo; etc.) exige que se postule una presión lateral, la cual pudo ejercer perfectamente FERRUM: para no decir nada del apoyo que presta su congénere portugués, ferrolho, con su /- tan chocante. Hay más: la gradual transformación de la familia nominal de SERA 'tranca, cerrojo' (esté o no basada, a su vez, en SERÔ, -ERE) en la comunísimafamilia verbal cerrar, que terminó por desalojar a los herederos de CLAUDERE,no se comprende bien sin que se opere, otra vez, con la misma suposición de un poderoso influjo de FERRUM. Por último, las fecundas pesquisas que han

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llevado a cabo, a lo largo de los últimos decenios, enteros equipos de arqueólogos, etnógrafos y estudiosos de idiomas exóticos han confirmado el carácter nada menos que revolucionario de la introducción del hierro y de su lenta propagación desde una comarca y carnada social a otra. De manera que, cuando menos, convieneconceder a FERRUM el papel de un importante factor secundario (catalítico)en la chistosa y grosera amalgama de FÍSTULA y PESSULUS.

4. Así y todo, la omisión más grave que, desde nuestra atalaya moderna, se puede achacar al profesor de Estocolmo es la de haberse parado a medio camino en el análisis de la configuración de la zona fragmentada que ocupa el descendiente de FISTULÀRE dotado de la escala semántica de PESSULÂRE. ¿Es mero azar que se haya producido ese notable acuerdo entre Portugal y el núcleo de Cerdeña (igual que, por añadidura, una buena parte de Gascuña)? Y, de sentirnos predispuestos a rechazar la tal idea de pura coincidencia, ¿qué parelelos léxicos se pueden aducir en favor de usos convergentes en Lusitania y Sardinia, con la grata posibilidad de la ocasional extensión de armonía tan inesperada a una tercera zona románica de relativo aislamiento (y, por lo tanto, de estancamiento)?

En realidad, el esquema de distribución geográfica que señaló de pasada Gunnar Tilander estuvo muy lejos de ser excepcional. Para poner de relieve su importancia y varias modalidades de estructura, pasaremos revista a algunas biografías léxicas que parecen hacer al caso. La subagrupación que tenemos en vista será la siguiente: en la Categoría A colocaremos los casos relativamente sencillos en que Portugal (o una región colindante) coincide en su predilección léxica tan solo (o principalmente) con el interior de Cerdeña. Para la Categoría B reservaremos los casos más complejos en que una tercera zona, enteramente autónoma, comparte la peculiaridad de los dos territorios en cuestión. Desde luego, a medida que aumentan los inventarios de formas medievales y modernas, es enteramente concebible que determinado caso pase de la Categoría A a B. Tampoco hay que descontar la posibilidad de cuatro territorios relevantes.

Un lingüista-etnógrafo alemán de excepcional talento, Wilhelm Oehl, contribuyó a la miscelánea en honor de Hugo Schuchardt con un artículo sobre los nombres de la mariposa. Ahora bien: en una observación parentètica hizo constar que de todos los nombres recogidos el que más se parecía al port, borboleta era el sardo barabatula, siendo lo único notable en su consonantismo el trastrueque de las dos últimas consonantes en una de las dos lenguas emparentadas 15.

Otro ejemplo, que también pertenece a la categoría A: sabido es que en castellanoha arraigado bien el sufijo adjetival -iento: avar-iento, cenic-iento, hambriento,sed-iento, que en el fondo se remonta a -(UL)ENTUS; todavía lo supera en frecuencia su equivalente gallego-portugués -ento: cinz-ento, sed-ento, etc. Pero da la casualidad (así, por lo menos, parece a primera vista) que precisamente a

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hambriento, que se ha sobrepuesto a FAMELICUS, su prototipo funcional en latínclásico, corresponde en portugués fam-into, en merma de lo que cualquier investigadorprevé (es decir, * farti-entó). Para quien se limita a los recursos lusohispánicos,falta hasta cierto punto, aunque no en absoluto, una justificación plausible de tal paradoja. Pero sólo con mirar el material sardo, un comparatista se da cuenta en seguida del juego de circunstancias verosímilmente responsable por el curioso desvío de la norma. En efecto, se han recogido en Cerdeña formas sumamente interesantes, como famibu 'hambriento' (acompañado de ag- e inganiôu'con grandes ganas |de comer]'), con base en el sufijo -TTUS también representadoen español, si bien tampoco falta la variante menos bien matizada famahu. Comparando el uso insular con el peninsular, puede verse que, después de abandonar el derivado FAM-ELICUS por lo poco expresivo (excepto como sustantivo: jamelgo), los latino-hablantes de la era republicana vacilaban entre un neologismo en -ITU y otro en -ENTU. En España, tras cierto titubeo a lo largo de la Edad Media, terminó por triunfar éste, en Cerdeña se impuso aquél (amenazado,empero, por un rival en -ATU); Gallaecia muestra un curioso entronque de ambos tiposl6.

Para la Categoría B estoy en condiciones de suministrar, otra vez, dos ejemplos,
bastante variados, ya que no hay estricta necesidad de elegir siempre a Gascuña
como "tercer socio" de Portugal y Cerdeña.

Como aproximados equivalentes de a) ventana (voz de descendencia transparente; nótese el término anatómico ventana de la nariz - fr. narine, naseau, ingl. nostril, r. nozdrjá) sobreviven en la península ibérica b) ciertas voces emparentadas con el fr. ant. fenestre {fenêtre en lo moderno) y el tose, finestra, reflejos a veces disfrazados de FENÉSTRA, a saber port, fresia 'portillo', en lo antiguo freesta < feestrall yc)el port, ¡anela. Suponiendo que aun etimologista distraído le resulte opaco el origen de ¡ancla, una ojeada al diccionario del comparatista Meyer-Lübke en seguida le convencerá de la existencia de yanna 'puerta' < I ANUA 'umbral' en el dialecto conservador de Logudoro, mientras su vecino (si bien no limítrofe) meridional, el de la llanura de Campidano, perpetúa, mediante enna, la variante *lENUA, seguramente ya antigua. Pero con tal isoglosa lusosarda esta vez no se agota la prole: inclusive el diminutivo en -ELLA reaparece en la zona de Ñapóles: yenelk 'umbral' (obsérvese el significado, notablemente fiel a la norma del latín).

A la voz FAECES, -UM 'heces' (el singular FAEX se empleaba sólo a título de excepción) acompañaba en la lengua coloquial una pléyade de verbos en -ARE, de los cuales unos cuantos (decididamente la minoría) se han conservado en los textos, entre ellos DËFAECÂRE, usado en sentido vulgar (ya figura en el teatro de Plauto) y transmitido, como término de la medicina, preferible al -todavía

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más vulgar y quizás infantil— CACARE, a varios idiomas modernos. De los verboscompuestos no documentados, pero reconstruibles a poco riesgo, conviene mencionar, ante todo, *TRANSFAECARE, que representa la fuente de tras\h\egar en español, sin que falten voces congéneres en portugués, catalán y, bajo la formatrafficare, en italiano, el cual debió de difundirse desde Genova, terminando por convertirse, a través del ingl. traffic, en una voz de circulación casi mundial. Pero lo que más llama la atención es la circunstancia de que el port, ofegar jadear',que no se presta a ningún enlace sólido con OFFOCARE (pese a la opinión contraria de varios filólogos beneméritosl9), sí se deja asociar sin la menor dificultadcon *OFFAECÂRE, en ambiente tabernario: las heces que se adhieren al esófago del bebedor (ante todo, borracho) pueden provocar la tos y actuar como obstáculo a la respiración libre. Ahora bien: con la ayuda del sardo, cuyo léxico quedó bien tamizado por los dialectólogos (no cabe duda de que Max L. Wagner, en este siglo, fue el más responsable de ellos), ha alcanzado el nivel de alta probabilidadla reconstrucción de otros varios verbos latinos (presumiblemente de carácter local) que pertenecen a la familia de -FAECÂRE y comparten con DE- y *OF-FAECÂRE aquel carácter tabernario al que ya se ha aludido: af- e in-fegare 'emborracharse', izfegare 'vomitar'2o. Sumando nuestras impresiones sueltas2l, nos animamos a aseverar que la familia en cuestión prosperó más en portugués (ofegar) y en sardo (af-, in- e iz-fegare), sin que haya faltado en absoluto alguno que otro brote peculiar de una zona mucho más extensa (así resulta legítimo caracterizar a *TRÀNSFAECARE, cuyos reflejos, al parecer autóctonos, se asomaronen Portugal, en España, en Cataluña y hasta en Liguria (Genova), ya del otro lado del Mar Tirreno.

Me halaga pensar que nuestra tentativa de poner al día el estudio de Gunnar Tilander, el cual tiene el mérito de rebosar de materiales bien localizados y en parte difíciles de alcanzar, a lo mejor ha abierto un camino inesperado en una dirección cuya existencia él mismo quizás ni siquiera sospechaba. En resumidas cuentas, es tan legítimo el provecho que se saca acudiendo al estudio paralelo y simultáneo de las palabras de cualquier idioma y de los objetos que ellas designan como la información sobre la estructura de familias de lenguas que se infiere de un examen pormenorizado de la repartición territorial de unidades léxicas22.

Berkeley



Notas

1. Así, el rastreo de los cinco tomos de la Bibliographie linguistique (patrocinada por la editorial belgo-holandesa Spectrum) que corresponden a los años 1950-54 no rinde más que una sola noticia de reacciôn , por lo demis brevfsima, a saber la de M. de Paiva Boléo en la Revista portuguesa de filologia, 111 (1949-50). pâg. 399. En otro pasaje {Boletim de Filologia, XII, pâ"gs. 13-14), el mismo erudito se declarô dispuesto, en la nota, a separar fechar de pechar. \ ludiô tomar una posiciôn definitiva G. Rohlfs en su reseiïa: ASNSI., CLXXXVIII (1951), pâg. 182. Tampoco fue impresionante la alternativa resonancia critica, a saber, a través de los libros de consulta de fecha posterior. Así, Juan Corominas ni se tomó la molestia de mencionar la conjetura de Tilander enel t. Ili de su Diccionario crítico etimològico de la lengua castellana (Madrid y Berna, 1956), s.v. pestillo, donde se detuvo en la evolución del ast. piesllul'despesliar 'mover el pestillo para abrir' y del gali., salm. y león, pechar 'cerrar con llave y cerrojo', interpretando el port, fechar y formas afines con /- (por ej., el sevill. feditilo 'pestillo de puerta') por la transformación de la p- etimológica en /- en boca de árabes domiciliados enel Sur de Portugal; según él, la variante en cuestión fue recogida y difundida por los mozárabes. Tampoco arrojan luz sobre FISTULÂRE las Adiciones de última hora relegadas al t. IV del DCKI.C, del año 1957, donde, en cambio, se encuentran observaciones críticas (pág. 1063 a) sobre el independiente análisis de V. García de Diego.

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1. Así, el rastreo de los cinco tomos de la Bibliographie linguistique (patrocinada por la editorial belgo-holandesa Spectrum) que corresponden a los años 1950-54 no rinde más que una sola noticia de reacciôn , por lo demis brevfsima, a saber la de M. de Paiva Boléo en la Revista portuguesa de filologia, 111 (1949-50). pâg. 399. En otro pasaje {Boletim de Filologia, XII, pâ"gs. 13-14), el mismo erudito se declarô dispuesto, en la nota, a separar fechar de pechar. \ ludiô tomar una posiciôn definitiva G. Rohlfs en su reseiïa: ASNSI., CLXXXVIII (1951), pâg. 182. Tampoco fue impresionante la alternativa resonancia critica, a saber, a través de los libros de consulta de fecha posterior. Así, Juan Corominas ni se tomó la molestia de mencionar la conjetura de Tilander enel t. Ili de su Diccionario crítico etimològico de la lengua castellana (Madrid y Berna, 1956), s.v. pestillo, donde se detuvo en la evolución del ast. piesllul'despesliar 'mover el pestillo para abrir' y del gali., salm. y león, pechar 'cerrar con llave y cerrojo', interpretando el port, fechar y formas afines con /- (por ej., el sevill. feditilo 'pestillo de puerta') por la transformación de la p- etimológica en /- en boca de árabes domiciliados enel Sur de Portugal; según él, la variante en cuestión fue recogida y difundida por los mozárabes. Tampoco arrojan luz sobre FISTULÂRE las Adiciones de última hora relegadas al t. IV del DCKI.C, del año 1957, donde, en cambio, se encuentran observaciones críticas (pág. 1063 a) sobre el independiente análisis de V. García de Diego.

2. Así, causa extrañeza que coloque su bibliografía (por lo demás, copiosa y, por lo tanto, útil) no al final del artículo, sino a medio camino. En vez de ofrecer un solo "historique du problême", Tilander sorprende al lector regalándole dos, cada uno dedicado a otra dimensión del mismo problema; etc.

3. Aludo aquí a mi propio sondeo del problema: en Language, XXVIII (1952), págs. 299-338: in Hispano-Latin homonymies: PESSULUS, PÂCTUS, PECTUS, DËSPECTUS, SUSPECTUS, FÍSTULA -trabajo en que examino con una fuerte dosis de escepticismo la tesis etimológica de Tilander.

4. De la bibliografía lingüística internacional ya citada se saca la impresión de que sobre la edición de los Fueros de Aragón que preparó el propio Tilander, ya en 1937; sobre la edición del Fuero de Teruel que llevó a cabo, bajo su dirección, su alumno Max Gorosch (1950); sobre la edición, concebida según el mismo patrón, de los Fueros de la Novenera (1951) que debemos al maestro; igual que sobre su última y más atrevida empresa en este campo, a saber, la edición, en tres tomos, de Vidal Mayor (1956) se pronunciaron, en el transcurso del tiempo, numerosos críticos, de ambos lados del Atlántico: M. Alvar, J. Bourciez, J. Caro Baroja, W.D. Elcock, A. Henry, H. Keniston, F. López Estrada, G. Moldenhauer, E.K. Neuvonen, J. Pérez Vidal, E. von Richthofen, G. Rohlfs, P.E. Russell, F. Ynduráin, para limitar la lista a unos pocos nombres representativos de la época. Por si a algunos lectores les parece provechoso averiguar mi propio juicio -bastante severo- en esa materia, me animo a señalarles los dos extensos artículos-reseñas que salieron, del precitado Fuero de Teruel y de Vidal Mayor, respectivamente, en Language, XXXI (1955), págs. 261-91, y XXXV (1959), págs. 670-92.

5. En este trabajo, que salió a luz en la serie filosófico-históricade las memorias (Denkschriften) de la Imperial Academia (t. CXLV, págs. 5 y 64), se apoyó en lo sucesivo el propio autor al redactar los §§3332 y s. de su diccionario etimológico, a partir de la primera edición (Heidelberg, 1911-20). Además le allanaron el camino las previas investigaciones de Grôber, Canello, Flechia, Pieri y Salvioni.

6. Huelga insistir en que el dictamen de Jules Ronjat resultó más sofisticado que el de los lexicógrafos anteriores o coetáneos. Así, para explicar la vocal antietimológica de prov. sisclar 'pousser des cris aigus', ant. fr. sisler, acudió a la hipótesis de un cruce de FISTU- LARE x SIBILARE, sospecha que terminé por respaldar Meyer-Liibke en su diccionario. Véase, a este propôsito, la aguda observaciôn de Ronjat en la Revue des langues romanes, LIX (1916), pâg. 131. No déjà de causar desilusiôn observar que los jôvenes romanistas de Hamburgo (L. Lucas-Beyer, G. Fahrholz, H. Meyer) -quienes, a la zaga de J. Gilliéron, alla por 1930-32, localizaron con rigor las variantes régionales del sustantivo basado en el verbo cuyas peripecias andamos desentranando- hayan mostrado escasaimaginaciôn e iniciativa al interpretar los datos recogidos.

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6. Huelga insistir en que el dictamen de Jules Ronjat resultó más sofisticado que el de los lexicógrafos anteriores o coetáneos. Así, para explicar la vocal antietimológica de prov. sisclar 'pousser des cris aigus', ant. fr. sisler, acudió a la hipótesis de un cruce de FISTU- LARE x SIBILARE, sospecha que terminé por respaldar Meyer-Liibke en su diccionario. Véase, a este propôsito, la aguda observaciôn de Ronjat en la Revue des langues romanes, LIX (1916), pâg. 131. No déjà de causar desilusiôn observar que los jôvenes romanistas de Hamburgo (L. Lucas-Beyer, G. Fahrholz, H. Meyer) -quienes, a la zaga de J. Gilliéron, alla por 1930-32, localizaron con rigor las variantes régionales del sustantivo basado en el verbo cuyas peripecias andamos desentranando- hayan mostrado escasaimaginaciôn e iniciativa al interpretar los datos recogidos.

7. Aquf tienen los lectores la formulación terminante del propio autor, quien no muestra el menor titubeo: "Pechar représente PESSULARE,/<?c/íür FISTULÂRE".

8. Cornu había pensado en un contacto de PESSUL-US, -ARE con ferrolho, el equivalente portugués de cerrojo; véase más abajo. A Meyer-Lübke le sedujo la idea del influjo que pudo ejercer FIRMARE, con talque uno se fije en la tendencia semántica que se manifiesta de lleno en francés {fermer, como sucesor de clore < CLAUDERE).

9. No creo que sea necesario repetir o resumir aquí el largo excursus de Tilander quien, siguiendo a A. van Gennep, se detiene en la construcción de las cerraduras más arcaicas en el antiguo Egipto, luego ofrece dos testimonios medievales, los de Roberto de Clari y de Antonius Novgorodensis, en lo relativo a Constantinopla, con un verdadero derroche de datos bibliográficos ulteriores. Todo lo esencial está expuesto en la p. 7, donde el autor describe minuciosamente ciertas variantes de la antigua cerradura que mejor apoyan su hipótesis. He aquila evocación del tipo más relevante: "Le pêne allongé et creusé de cette serrure a l'apparence d'un tuyau, et comme il est muni en outre pardessus de trous pour laisser passer les chevillettes de la serrure, il offre une grande ressemblance avec une flûte". Mirando las cosas en la perspectiva del romanista sueco, conviene admitir que FISTULÂRE, a rafe de "un tour d'esprit humoristique", consiguió desalojar por completo a PESSULARE en el aludido sentido de 'cerrar la puerta'. Quienes, en cambio, se empeñan en reconocer en el dial, pechar al legítimo heredero de PESSULARE limitan el "amusant jeu d'esprit et de mots" a determinada capa, social y cronológica, del latín; es decir, a una sola latinidad, entre otras varias.

10. Huelga insistir en que esa clase de humorismo presupone una mentalidad harto vulgar, típica de legionarios y veteranos. Pero por chocante que nos resulte tal despliegue de ordinariez, máxime tratándose de una alusión a cosa tan noble como la música, que nos inspira veneración, el mal gusto de la Antigüedad no carece de paralelos en el mundo moderno. Así, tengo recuerdos muy claros de cómo, en el colegio de Berlín a que yo asistía en los años veinte, los alumnos más robustos, al pegar un golpe fuerte en el cráneo de los flacuchos, exclamaban, relamiéndose los labios de regocijo: "Mensch,duhast ja einen musikalischen Hinterkopf ! "

11. De esta pintoresca biografía léxico-etimológica me ocupo con mayor detenimiento en el artículo "Trois modeles latino-romans pour la désignation d'une femme, d'une servante ou d'une femelle", aparecido en el número de diciembre (1986) de la Revue de linguistique romane, t. L, págs. 317-50.

12. Dada la importancia atribuida aquí al papel que desempeñó pechar en el desarrollo de PESS(U)LARE, sería ventajoso registrar todo el material dialectal relevante (pesllar, etc.) que se ha acumulado después de 1952, fecha de mi artículo anterior sobre ese asunto. Me limito a unos pocos agregados. L. Rodríguez-Castellano, Aspectos del bable occidental (Madrid, 1954), registra escuetamente pichar 'cerrar' (pág. 96), localizándolo en Besullo. J. Neira Martínez, El habla de Lena (Oviedo, 1955), ofrece una descrip- ción pormenorizada de la puerta como elemento de la vivienda rústica (§80), con demarcación muy m'tida, en lo fonético igual que en lo semántico, de toda la familia léxica que seguimos examinando. A pescherà 'cerradura' [pescara], peschín 'ojo' pescín] peschar 'cerrar echando el pestillo' |pescár| se oponen, según él: cía vía 'aldabilla', claviar 'cerrar', tarabita 'tarabilla', tarabicar 'echar la tarabilla', desatarabicar 'quitarla', trancar 'correr una puerta o ventana' ("bien sea con una tranca con aldabilla, corriendo el pestillo, o llegar sólo la puerta al marco, marcación"). Como étimo el autor opta por la variante PESTULÀRE (§22:3); sea o no feliz esta última decisión (de todos modos, es sostenible), el regionalismo recogido es sumamente interesante gracias a la conservación, verdaderamente excepcional, del nexo |-sc"-|, siendo lo común la pérdida casi instantánea de la |s| en parecidas condiciones.

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12. Dada la importancia atribuida aquí al papel que desempeñó pechar en el desarrollo de PESS(U)LARE, sería ventajoso registrar todo el material dialectal relevante (pesllar, etc.) que se ha acumulado después de 1952, fecha de mi artículo anterior sobre ese asunto. Me limito a unos pocos agregados. L. Rodríguez-Castellano, Aspectos del bable occidental (Madrid, 1954), registra escuetamente pichar 'cerrar' (pág. 96), localizándolo en Besullo. J. Neira Martínez, El habla de Lena (Oviedo, 1955), ofrece una descrip- ción pormenorizada de la puerta como elemento de la vivienda rústica (§80), con demarcación muy m'tida, en lo fonético igual que en lo semántico, de toda la familia léxica que seguimos examinando. A pescherà 'cerradura' [pescara], peschín 'ojo' pescín] peschar 'cerrar echando el pestillo' |pescár| se oponen, según él: cía vía 'aldabilla', claviar 'cerrar', tarabita 'tarabilla', tarabicar 'echar la tarabilla', desatarabicar 'quitarla', trancar 'correr una puerta o ventana' ("bien sea con una tranca con aldabilla, corriendo el pestillo, o llegar sólo la puerta al marco, marcación"). Como étimo el autor opta por la variante PESTULÀRE (§22:3); sea o no feliz esta última decisión (de todos modos, es sostenible), el regionalismo recogido es sumamente interesante gracias a la conservación, verdaderamente excepcional, del nexo |-sc"-|, siendo lo común la pérdida casi instantánea de la |s| en parecidas condiciones.

13. Micntras, en espanol peninsular, el aludido fonosimbolismo rara vez rebasa ciertos limites bastante fijos (por ej., s- > ç-, ch-; cf-, -z- > ch-\ testigos SÎBILÂRL. > chiJJar, chillar frente a silbar: CIMICI > cimzc > chinche, etc.), en gascon el fenômeno ya no acata ninguna norma, a juzgar por el material aducido por el propio autor, en un pasaje ya senalado por la elocuencia de sus datos: sisclet, cisclct, chisclet, jisclet (gisclet), flisquct, frisqulet, tsisclet 'loquet' (pâg. 4). Se echa de ver lo arbitraiio de muchas hipôtesis de cruce al descubrir que, mientras Tilander vacilaba entre el influjo de CLAUDIiRE y el de kadaulo 'loquet' para explicar la var. tsauklet (loc. cit.), Meyer-Lûbke habfa apelado a flauta.

14. El excelente Oxford Latin Dictionary, dirigido por P.G.W. Glare, cuya publicaciôn corresponde a los anos 1968-82, define asf ueruculâtus: "(of a sickle, perh[aps|): 'having a spit-like extension of the blade'"; cita el siguiente pasaje del tratado agricultural de Columela: "Multi falcibus-is... médium culmum sécant" (2. 20. 3).

15. W. Oehl, "Klementare Wortschopfung: papiliO - fi fait ra - farfalla", en: Misccllanea lingulstica dedicata a Hugo Schuchardt per il suo 80° anniversario (Genève, 1922), pâgs. 75-115; véase la pag. 113: "Portugiesisch hat genau dieselben Konsonanten wie Sardisch ... nur mit Umstellung der letzten zwei". Puede ser, agrego por cuenta mia, que la traspuesta se debe a la interferencia del sufijo hipocorfstico -eta.

16. Como garantia de la autenticidad de los datos sardos tenemos una autoridad tan alta como la de Max L. Wagner, Historische Wortbildungslehre des Sardischen (Bern, 1952), §91, y el "magnum opus" pôstumo del mismo erudito: Dizionario etimologico sardo, t. 1: 7 (Heidelberg, 1959), pâgs. 50\b-502a. Por muy oportuna coincidencia, acaba de salir en Alemania la monograffa de Steven N. Dworkin, Etymology and derivational morphology: The genesis of Old Spanish denominal adjectives in -IDO (Supl. 206 de la ZRPh, Tûbingen, 1985), de relevancia directa para el problema sub judice, y ya ha aparecido a los pocos meses mi nutrida resefia del tal libro en General Linguistics, XXVI (1986), pâgs. 282-301. Y xamino con mucho mayor detenimiento la discrepancia de los sufijos aprovechados por los très grupos de hablantes en mi nota: "La derivaciôn de faminto Tiambriento' ", Medioevo Romanzo, XI (1986), pâgs. 337-44. No deja de ser instructivo el hecho de que, mientras yo mismo me negaba a tomar en cuenta el testimonio del sardo, me sintiera obligado a formular con excesiva timidez mi sospecha de que faminto representaba una especie de compromiso entre a) * fomento, el brote más afín al esp. ant. famn-, fambr-iento, y b) el tipo rival representado en español antiguo por (des)hambrido, desfambrido, desfamnido; véanse las págs. 261 y s. de mi extenso artículo "Studies in Luso-Hispanic lexical osmosis...", Hispanic¦ Review, XLV (1977), págs. 235-67, trabajo que gira en torno a esta familia léxica.

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16. Como garantia de la autenticidad de los datos sardos tenemos una autoridad tan alta como la de Max L. Wagner, Historische Wortbildungslehre des Sardischen (Bern, 1952), §91, y el "magnum opus" pôstumo del mismo erudito: Dizionario etimologico sardo, t. 1: 7 (Heidelberg, 1959), pâgs. 50\b-502a. Por muy oportuna coincidencia, acaba de salir en Alemania la monograffa de Steven N. Dworkin, Etymology and derivational morphology: The genesis of Old Spanish denominal adjectives in -IDO (Supl. 206 de la ZRPh, Tûbingen, 1985), de relevancia directa para el problema sub judice, y ya ha aparecido a los pocos meses mi nutrida resefia del tal libro en General Linguistics, XXVI (1986), pâgs. 282-301. Y xamino con mucho mayor detenimiento la discrepancia de los sufijos aprovechados por los très grupos de hablantes en mi nota: "La derivaciôn de faminto Tiambriento' ", Medioevo Romanzo, XI (1986), pâgs. 337-44. No deja de ser instructivo el hecho de que, mientras yo mismo me negaba a tomar en cuenta el testimonio del sardo, me sintiera obligado a formular con excesiva timidez mi sospecha de que faminto representaba una especie de compromiso entre a) * fomento, el brote más afín al esp. ant. famn-, fambr-iento, y b) el tipo rival representado en español antiguo por (des)hambrido, desfambrido, desfamnido; véanse las págs. 261 y s. de mi extenso artículo "Studies in Luso-Hispanic lexical osmosis...", Hispanic¦ Review, XLV (1977), págs. 235-67, trabajo que gira en torno a esta familia léxica.

17. En español hiniesta es un fitónimo que corresponde al lat. GENESTA. ¿Habrá sido esta casi-homonimia molesta la que impidió la supervivencia de hiniestra 'ventana' (que, sin embargo, continua vegetando en ciertos dialectos)?

18. No hay necesidad de reiterar aquí cuanto ya quedó brevemente desarrollado en mi nota "The etymology of Spanish tras-\h]egar 'to decani', I tal. trafficare 'to trade': A new balance sheet", Mélanges Petar Skok (Zagreb, 1985), págs. 291-300, y, con documentación más amplia, en un artículo que publicó a los pocos meses la revista napolitana Medioevo Romanzo, X (1985), págs. 305-38. Basta con recordar que, dadas las dificultades que presentaba el nexo de consonantes -SF-, varias comunidades de latinohablantes tendían a simplificarlo de maneras distintas: los portugueses y los catalanes favorecían trafegar (nótese el galleguismo atrafegar-se), mientras los castellanos se declararon en favor de trasegar. La forma genovesa y, con el pasar del tiempo, italiana (e internacional) llegó a ser trafficare.

19. Para los detalles, me tomo la libertad de referir al lector ami nota "The etymology of Portuguese ofegar", Romance Notes, XXVI (1986), págs. 177-84. Como OFFÔCÀRE, basado en una variante del sustantivo FAUCES, -UM 'la parte superior de la garganta, faringe', está representado en portugués, igual que en español medieval, por afogar, es sumamente inverosímil que ofegar se remonte al tal verbo; además, el padrón de disimilación vocálica (o-o-á > o-e-á) carece de parelelo en el idioma.

20. El libro más relevante de Wagner es, desde luego, su (ya mencionado) postumo Dizionario etimologico sardo (Heidelberg, 1957-64), s.v. fèke (y variantes), en atención a cuanto hace constar sobre el significado de izfegare. No me explayo aquí sobre sus otros trabajos, que indirectamente también vienen al caso.

21. También en catalán ha sobrevivido ofegar 'sofocar' (cf. ofec 'asma'), también en sentido culinario, que recuerda el uso de rehogar en español y de étouffer en francés. Por otra parte, enfegar, que dejó huellas en antiguo riojano, desde luego no entronca con INFOCARE, que figuraba en los escritos de Tertuliano. Por añadidura, las Glosas de Silos (siglo X) contienen un ejemplo de focar, variante que exhibe el efecto de la aféresis.

22. Tratándose de un comparatista de la talla de Max L. Wagner, no deja de causar sorpresa que haya prestado tan escasa atención a los fenómenos de coincidencia que venimos estudiando en este artículo. Apenas si hay alguna que otra alusión. Así, en su detallada reseña de la tesis de Maria Teresa de Mendonca Lino Netto (1947-48), menciona el regionalismo breboleta 'mariposa', pero sin ahondar en el problema de su enlace con una voz sarda (RPh, VI:4, 1953, pág. 317). Con todo, se encuentran, muy dispersos, comentarios notables, por ej. sobre la voz infantil ("Lallwort"), con reduplicación, port, bouba, sardo (bub)bua, calabrés bubfbja, bubbúa, que corresponden a bobo en francés y a pupa en español, equivaliendo al al. Wehweh (pág. 321). Por otra parte, Leo Spitzer manifestó temprano una loable curiosidad por las afinidades hispanosardas y lusosardas; véanse en particular sus agudas Etymologische Miszellen, que contienen no solo sus observaciones, ya aludidas, sobre el port, fechar y janela (con un útil agregado parentetico de Heinrich Morf), sino también una hipótesis sobre la supervivencia de SECUM 'consigo' en la península y en la isla (ASXSL, CXXVII, 1911. págs. 159-61).