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Revue Romane, Bind 21 (1986) 2Dicionário Enciclopédìco Koogan Larousse, direçâo de Antonio Houaiss. S. a., Rio de Janeiro, Editora Larousse do Brasil. 1664 págs. Ambos en venta exclusiva para Escandinavia por Munksgaards Forlag, Copenhague. Pequeño Larousse Ilustrado, por Ramón García-Pelayo y Gross. Barcelona, La rousse, 1985. 1663 págs.John Kuhlmann Madsen
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En la carta que acompaña el envío del diccionario español se indica que se trata de la segunda edición corregida. Para su venta en Escandinavia se le ha dado un número ISBN que lleva la fecha de 1984. Sin embargo, según el colofón, el libro "se terminó de imprimir el 5 de agosto de 1985". En el aviso a los lectores en las primeras páginas sólo se dice que "El presente volumen corresponde a la última edición (cursiva en el texto) de esta obra". Ante tales imprecisiones opto por el año 1985 para referirme al primer objeto de esta reseña. El Koogan Larousse no lleva colofón y en la portada no se indica la fecha de impresión. Según la carta del envío, se trata de la quinta edición del diccionario, que Munksgaard dice que es del año 1986. Sin embargo, de las últimas líneas del aviso "aos leitores" se puede inferir que se trata de una quinta reimpresión de la edición de 1979 "com melhorias textuais e atualizacóes", del año 1984. Entre los diccionarios monolingues de renombre conocido, los de Larousse llevan ya una larga trayectoria a cargo de diferentes autores. La primera edición del diccionario español data del año 1912. Para el romanista son archiconocidos los "pequeños ilustrados", "de ciencia y técnicas", etc. De ellos tenemos una idea de conjunto: lo que solemos buscar en el del español, también esperamos encontrarlo en el del portugués y en el del francés. Pero aunque el plan es el mismo, hay diferencias entre el diccionario de una lengua y el de otra, y también hay diferencias entre una edición y la siguiente. De esta forma, los "pequeños ilustrados" son algo vivo, cuyas nuevas ediciones siempre despiertan nuestro interés. Para esta reseña he tomado en cuenta dos ediciones anteriores al diccionario español que figura en la rúbrica: la vigésima cuarta del año 1955 (a cargo de Miguel de Toro y Gisbert) y la octava tirada, de 1972 (a cargo de García-Pelayo y Gross). La estructura general de la obra no varía de una edición a otra: unas mil páginas de diccionario ilustrado monolingue; unas pocas páginas rosa de locuciones latinas y extranjeras, y, al final, medio millar de páginas de enciclopedia (historia y geografía). En el Koogan Larousse, la proporción difiere un poco, a favor de la parte enciclopédica. Como la cantidad de páginas casi no varía de una edición a otra, hay que buscar las diferencias en los cambios introducidos.
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Desde las ediciones de Toro y Gisbert ha habido una reducción en las páginas rosa, de 32 en la edición de 1955, a 16 en las últimas. En estas, y también en el Koogan del portugués, hay unas cuatrocientas entradas en esta sección. Muchas de las que en ediciones españolas anteriores aparecían en estas páginas rosa han pasado a la parte del diccionario sensu stricto, entre otras ad hoc, a fortiori, ante meridiem, a posteriori, a priori,... Para el nuevo autor, estas palabras son, por lo tanto, parte del vocabulario común, contrariamente a ad libitum, ad usum, ante diem, que siguen en las páginas rosa. Me cuesta ver la lógica en esta disposición. Comparando el diccionario español (1985) con el Koogan, vemos que, a juzgar por las entradas en las páginas rosa, los dos grupos de lectores deben tener diferentes necesidades cuando buscan el sentido de locuciones extranjeras. Sin duda, este es el caso en lo que se refiere a una mínima parte de este vocabulario especial, pero hay diferencias inexplicables, p. ej. que sea necesario informar al hispanohablante, pero no al luso, del significado de "at home". Por otra parte, creo que habría que ajustar estas páginas a las necesidades que tienen los lectores de los grandes diarios y revistas (tipo "El País"), donde todos los días vemos palabras y giros del mundo anglosajón, adaptados o no al castellano/portugués. Todavía en las páginas rosa vemos un problema general de los diccionarios que van destinados a los mismo nativos. Me refiero a la pronunciación de las palabras extranjeras, y el problema se reduce a si se debe dar la pronunciación correcta de la lengua de la que se toma la palabra, o si bien se debe ofrecer la versión de la lengua que la recibe. Haciendo caso omiso de si es o no correcta y consecuente la transcripción fonética del Larousse español, parece que optan por la segunda solución, es decir dar la pronunciación de los mismos españoles, ver p. ej. [-dernier], "âla dernière", (ol rait], "allright", [-chi], "arnvederci", [at joum], "at home". Quizá sea más patente la españolización en el último ejemplo citado, porque los españoles suelen hacer de la h aspirada una fricativa velar. Si los diccionarios van destinados a los lectores nativos de los países (ver aviso a los lectores), creo que se deberían ofrecer también las pronunciaciones correctas; las otras son más útiles para los extranjeros. En la presentación del diccionario español se afirma que "no es - y no puede ser en ningún caso — instrumento de ninguna propaganda y respeta en absoluto todo género de convicción política o credo religioso." Para comprobar la verdad de tal afirmación he hecho unas calas en la parte enciclopédica, y no he encontrado tratamientos que la contradigan. La mayoría de las entradas son breves y no dejan lugar a propaganda de ningún tipo. Sin embargo,no siempre se observa la neutralidad que es un rasgo general en estos diccionarios. Lo normal es que si de una edición a otra ha habido un desarrollo importante en la historia, se le añadan a la entrada unas líneas más. En las entradas ya extensas, p. ej. la que corresponde a "España", puede haber unas treinta líneas añadidas en la última edición. En estas amplicacionespueden caber unas opiniones casi encubiertas. Tomemos el ejemplo de la entrada Francisco Franco. La edición española de 1955, después de unos datos escuetos, termina así "(..) y luego, después del triunfo en 1939, como jefe del Estado." En la palabra 'triunfo' entrevemos la opinión del autor. En las ediciones de 1972 y 1985 vemos algo más sobre esta opinión. Cito las frases finales: "(..) y tras el triunfo en 1939, jefe del Estado. Durante la Segunda Guerra mundial observó el principio de no beligerancia, dio una nueva estructura económica al país y siguió una hábil política exterior." Compárense estas alirmaciones más bien positivas con lo que dice el Koogan portugués: "(..) en 1936 pôs-se à frente do movimentonacionalista, que, após a guerra civil (1936-1939), instaurou na Espanha um governo totalitario. Chefe supremo da Espanha, sob o título de "Caudillo" , observou durante a
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Segunda Guerra Mundial o principio de nâo-beligerância. (..)" Volviendo a las líneas añadidasa la entrada "España" en el diccionario español 1985, vemos un balance del régimen franquistaque está más concorde con la afirmación del Koogan citada: "(Juan Carlos) pone fin al largo período autoritario (..)". Como he dicho más arriba, los diccionarios reseñados suelen mantener una postura neutral, compáresen los datos secos sobre un Fidel Castro, un Mao, para mencionar solamente unos casos, opuestos en muchos aspectos a un Franco. En su afán por presentar lo último en la (siempre) última edición (ver más arriba), el editor del diccionario español ( ¡de 1985! ) ha aventurado esta afirmación "Aprobada su admisión en 1985, España ingresó en 1986 en la Comunidad Económica Europea." Sobre la adhesión a la OTAN no se ha pronunciado... Notamos un extraño caso de chauvinismo en algunas entradas de personas o entidades que por una u otra razón han sido importantes para las dos culturas ibéricas. Es natural, dada la elección de público primario, que Cervantes ocupe más espacio en el diccionario español que en el portugués y que en el caso de F. Pessoa suceda lo contrario. También es admisible que en el caso de Francisco Manne! de Melo el diccionario español destaque sus obras en castellano y que el Koogan haga lo mismo con las portuguesas. Pero en el caso de Amad'ts de Gaula solo el Koogan menciona a Vasco de Loberia como posible primer autor. Para terminar estas notas sobre las partes enciclopédicas de los dos diccionarios, quisiera destacar un asunto que ha llamado la atención a los estudiosos de las dos culturas ibéricas. Me refiero a la cantidad, desproporcionada según mi punto de vista, de personalidades francesas que figuran en el Koogan, en comparación con el diccionario español. Ya he dicho que la parte enciclopédica del Koogan tiene más páginas y más entradas que el diccionario español, pero aún así son muchas las 161 personas francesas tratadas bajo la letra D. En el español sólo hay 42. Es evidente que la cultura portuguesa desde el s. XVII ha vivido a espaldas de la española, pero dudo que el impacto francés sea tan importante que justifique tal cantidad de entradas cuando no caben en el Koogan personalidades como Bernal Díaz del Castillo, Buenaventura Durruti, Miguel Delibes o José Donoso. La importancia que el Koogan atribuye a lo francés se ve reflejada de una forma curiosísima en la parte dedicada al vocabulario: bajo la entrada "maioral" leemos: "s. m. Cada um dos cinqüenta membros do consistorio do Felibrige (escola literaria fundada em 1854 por Mistral e outros para restabelecer o provençal como lingua literaria). /Elemento dos mais importantes em urna instituiçâo, sociedade, classe./ (..)" No encuentro esta jerarquía en ninguno de los diccionarios portugueses que tengo a mano, si es que se menciona la historia del provenzal. En ambos diccionarios las definiciones y significados suelen ir acompañadas de un ejemplo. También se indica si la palabra en cuestión se usa solo en el coloquio familiar etc. Se señala asimismo la acepción de la palabra si es de uso regional. Creo que los vocablos que pertenecen a este campo tienen entradas más bien limitadas. No encuentro otra explicación al hecho de que en las poquísimas páginas del primer acto de Santareno: O duelo (Lisboa 1961) haya varias palabras que no aparecen en el Koogan o que tienen otra significación que la requerida: obsidiante, cabrestro, choca, doida, . . Para dar una idea del enorme trabajo que se esconde bajo la frase "revisada y corregida" que aparece en el aviso a los lectores, ofrezco a continuación una colación de las ediciones 1972 y 1985 del diccionario español. Se trata de las págs. 917-925 en ambas ediciones, con un total de 513 entradas en la de 1985. Parto de la de 1985 y marco con + loque se ha añadido, y con -f- lo que se ha quitado.
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Pequeno Larousse: Letra "S" Ediciôn de 1985 comparada con la de 1972. 917 - SABATICO. + Dîcese del aiïo sin trabajar que se concède, en algunos paîses a 918 —I- SABIOLA f. Arg. Fam. Cerebro. 919 —t sacarino 920 - SADISMO v (SINON.) 921 - SALADERO. h- || Col. Salegar. 922 - SALIR. +||En informâtica, transferencia de datos procesados yde resultados 924 t SALVADORFNISMO m. Palabra " giro propio dr FI Salvador II Carâcter salvadoreno.
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SALVAJK. + i Que se desarrolla fuera de las reglas o procedimientos usuales: 925 - SANDÂRACA : (del ârb. sandars, barniz) Para terminar estas breves notas, quisiera indicar que en algunas universidades el año sabático Copenhague |