Revue Romane, Bind 20 (1985) 2

Beatrice Lamiroy: Les verbes de mouvement en français et en espagnol. Etude comparée de leurs infïnitives. 323.p. Leuven University press. Lingvisticae investigationes: supplementa 11. Amsterdam 1983.

Lone Schack Rasmussen

Side 296

Este libro es un estudio comparativo de una parcela de la sintaxis del infinitivo. Contiene un análisis detallado de los verbos de movimiento intransitivos que rigen un infinitivo en francés y en español. El tema está doblemente limitado por un criterio sintáctico (Vintrans con infin) y un criterio semántico (Vmov), y el estudio, asimismo, abarca una parte sintáctica y otra semántica (lexical).

En ambas lenguas la construcción 'Vmov + infin' tiene dos formas de realización. En francés se construye con infinitivo puro (es decir sin preposición) (N°VOV*): Jean mont voir Pierre o con pour. Jean mont pour voir Pierre, y en español con a (NoV°aV^): Juan sube a ver a Pedro, o con para: Juan sube para ver a Pedro.

El objeto de este estudio es hacer una clasificación tipológica de los Vmov y examinar su
grado de auxiliaridad. Aparte de este fin teórico la autora subraya la importancia heurística
del método comparativo.

El libro consta de una introducción en la que Lamiroy expone sus métodos y fines (p. 1-35), de dos partes independientes y paralelamente construidas, en las que se analizan las construcciones mencionadas en francés (p. 36-148) y en español (p. 149-244). Estas partes contienen un examen de estas construcciones desde el punto de vista de las gramáticas tradicionales, más un análisis sintáctico y semántico. Al final, una conclusión con los resultados comparativos y observaciones teóricas (p. 245-287).

La tradición francesa considera las dos construcciones (infin puro/powr infin) como variantes con el mismo significado de finalidad, y rara vez se han parado a definir la función gramatical del infinitivo. Una de las excepciones es Gross, que distingue entre las dos construcciones, clasificando al infinitivo puro como 'complemento de verbo con propiedades adverbiales locativas' y 'pour inf como 'complemento de frase'.

La lista de Gross sobre los Vmov que rigen infinitivo incluye 130 verbos, pero Lamiroy decide hacer el análisis a base de un grupo minimal de Vmov cuya aceptabilidad con el infinitivo no ofrece problemas [accourir, aller, avoir été (sic! ), courir, descendre, entrer, monter, partir, passer, redescendre, rentrer, remonter, repartir, ressortir, rester, retourner, revenir, sortir, venir].

La parte dedicada a la sintaxis toma como punto de partida la opinión tradicional, y mediante un análisis detallado de las dos construcciones (infin puio/pour infin) se demuestra que se oponen sintácticamente y que 'pour infin' es la única a la que se le puede atribuir sentido final. Difieren sobre todo en el grado de cohesión, de modo que se puede calificar al infinitivo puro como elemento nuclear y a 'pour infin' como elemento periférico. La oposición entre ellas se refleja en factores como la obligatoriedad del infinitivo, su nonpermutabilidad, absorción del infinitivo voi faire, restricciones de selección en V -factores que todos caracterizan al infinitivo puro en contraste con 'pour infin'.

Lamiroy plantea el problema de si la construcción del infinitivo puro corresponde a una estructura de frase simple o compleja, o dicho de otra forma, si el Vmov tiene carácter auxiliar o no. En el comportamiento sintáctico de la construcción V°V* no encuentra indicios de una estructura compleja. Los factores son: imposibilidad de transformar el infinitivo a frase

Side 297

con que, y de anteponer una negación al infinitivo, restricciones temporales entre Vo yV^ (T° = T*), todos los cuales contrastan con el comportamiento de 'Vmov pour inñn\ Sin embargo, a los Vmov les falta una característica de los verbos auxiliares: la desemantización, por lo cual Lamiroy prefiere clasificarlos como un tipo intermedio entre Vaux y V normales, pero sin precisar cuál es su función sintática.

Prensenta su teoría de "glissement", que sostiene que muchas veces es preferible analizar
y describir los factores lingüísticos como un continuum, y no en forma de dicotomías que
puedan crear barreras arbitrarias.

En busca de la función sintáctica del infinitivo puro revisa la hipótesis de Gross del infinitivo como adverbial locativo. Aunque el infinitivo sintácticamente presenta algunos puntos comunes con el nominal locativo â N, se diferencia en otros, lo cual le lleva a la conclusión de que su función sintáctica es análoga, pero no idéntica a la del nominal.

En la parte semántica clasifica a los Vmov en tres tipos: Verbos direccionales (Vdir) que polarizan el movimiento de forma que el punto de llegada o partida forma parte constitutiva del verbo [aller, entrer, monter]; verbos de desplazamiento (Vdeplaz) en que el movimiento no se relaciona con ningún punto locativo [marcher, nager, trotter], y verbos de movimiento corporal (Vmc) que se distinguen de los demás en que no implican necesariamente un desplazamiento de un sitio a otro [s'agenouiller, crouler]. La diferencia entre ellos se refleja en su grado de aceptabilidad con la preposición â (Vdir + â; Vdeplaz ? *a ), y los Vdir además se distinguen por ser excluidos en posición V . Jean sort patiner sur lac/*Jean sort monter dans sa chambre.

Después de puntualizar que los Vdir forman el grupo central de los Vmov que aceptan el infinitivo, arguye que es justamente esta direccionalidad la que les da a los Vmov la posibilidad de regir infinitivo. La larga lista de Vdeplaz que efectivamente se construyen con infinitivo, constituye una situación marcada de aceptabilidad limitada, y se puede considerar esa situación como una extensión de la función del grupo central, ya que los Vdeplaz adquieren carácter de Vdir en esa construcción: ? Jean nage prendre la balle.

Encuentra dos mecanismos de extensión de la clase Vdir. Por un lado los Vdeplaz, que en la construcción con el infinitivo se analizan como una fusión de aller (Vdir) + el modo/ la velocidad/la dirección del movimiento: (gallopper = aller en galloppant), por otro lado Vdir de otro nivel estilístico, "argot": (filer - s'en aller, débouler = descendre).

Reanudada la discusión de la auxiliaridad de los Vmov, muestra que la construcción NOV°V* lleva asociada una serie de restricciones lexicales que surgen como consecuencia de la combinación V°V* (N=hum; V^=*Vestado; V^=*Vdir, cuando V°=Vdir), y establece un paralelismo entre los Vmov y los verbos de aspecto (comencer de, continuer à, cesser de..] que exhiben las mismas restricciones sintácticas que los Vmov y en forma atenuada las mismas restricciones lexicales. Por otro lado, un análisis particular de los Vaux aller à, venir de revela que los Vaux conservan rasgos de Vmov (direccionalidad temporal desde o hacia el momento de enunciación) y de aspectualidad (¿?//e/--incoativo). Concluye que la auxiliaridad de estos verbos se puede describir como un cambio de expresión de movimiento en el espacio a movimiento en el tiempo, pasando por un estadio aspectual, y que por lo tanto, movimiento, aspecto y tiempo es más bien una cuestión de grados, y no de categorías opuestas. Lamiroy lo toma como una afirmación de la aspectualidad de los Vmov, y muestra que el aspecto de la construcción V°V* es perfectivo.

Estoy de acuerdo con la última parte de la conclusión, pero opino que es un error atribuirles
aspectualidad a sólo una parte de los verbos, y no a todos. El aspecto - un término

Side 298

que Lamiroy emplea como equivalente al modo de acción verbal es un rasgo que caracteriza a todos los verbos; los Vmov, para no ir más lejos, aisladamente, también tienen su modo de acción, tanto imperfectivo [marcher] como perfectivo [arriver]. Lo particular de la construcción Vmov + Vinfin es que siempre tiene el modo de acción perfectivo.

Echo de menos un análisis o comentario a la construcción N°V°aV , que es frecuente
con Vmov en sentido no literal, ya que sería muy interesante, justamente en comparación
con el español:' arriver/se mettre/venir â faire quelque chose.

En la parte dedicada al español se examinan las construcciones 'Vmov a infin' y 'Vmov
para infin' y su grado de paralelismo con las construcciones francesas, partiendo de la hipótesis
de que hay entre ellas una semejanza semántica a pesar de sus diferencias formales.

Las gramáticas españolas tradicionales sólo describen la contrucción 'Vo a VMnfin' como perífrasis verbal, es decir, cuando los Vmov funcionan como Vaux (va a comprar). Atribuyen valor final a ambas construcciones y las califican sintácticamente igual. Una excepción es Skydsgaard que distingue entre complemento adverbal (a) y complemento adverbial (para) debido a su diferencia de cohesión, y la autora se declara de acuerdo con este punto de vista.

No obstante emplea la primera parte del análisis sintáctico en comprobar que existe una serie de oposiciones entre 'a infin' y 'para infin' correspondientes a los del francés (obligatoriedad del infin, absorción del infin por hacer etc.), concluyendo que 'a infin' es elemento nuclear y 'para infin' es elemento periférico.

La gran diferencia formal entre el francés y el español en el terreno examinado es la existencia de una frase "completiva" a que correspondiente a la construcción infinitiva: Max viene a pagar sus deudas/a que le paguen sus deudas, y Lamiroy plantea el problema de si 'a infin' regido por Vmov se puede considerar una reducción completiva, es decir, procedente de una estructura compleja'. No toma una postura definitiva, limitándose a demostrar que existe la misma diferencia de cohesión entre a que y para que como entre las dos construcciones infinitivas. No descubre que sólo una parte de los Vmov aceptan una transformación del infinitivo a frase: Juan viene a que le den de comer, Juan se tumba a que le den masaje, *Juan nada a que le den el premio, *Juan se esconde a que no lo vean. Esto constituye un argumento serio en contra de la generalización de la frase como estructura básica de estas construcciones.

Algunos verbos entran en la construcción infinitiva como Vmov o como Vaux, siendo el sentido literal muchas veces el menos aceptable. Las restricciones sintácticas y lexicales son las mismas que en francés (T° = T*, *negación de infin, N° = hum., V* = *Vestado etc.). Los Vaux se dividen en dos grupos, uno con auxiliaridad fuerte, encabezado por ir, en el que están anuladas casi totalmente esas restricciones [ir, llegar, pasar, venir, volver], mientras sólo quedan atenuadas en los verbos restantes. Los Vaux, en cambio, exhiben otras restricciones: modales (*imper.), temporales (ir sólo près., imperf., prêt.), y inaceptabilidad de a que.

A pesar de que 'cohesión es un concepto central en Lamiroy, no distingue entre las situaciones en que un verbo se combina con el infinitivo sin más y aquellas en que además requiere la presencia de un nominal para ser aceptables. Por consiguente no percibe que los verbos que admiten Jas dos funciones en la construcción infinitiva normalmente exigen un nominal locativo para tener significado de Vmov: Max se echó a correr/Max se echó al agua a coger el pez.

Es interesante su demostración de que la transposición del objeto pronominal, que se
utiliza con frecuencia como criterio de auxiliaridad fuerte, no hace distinción entre Vmov y

Side 299

Vaux: Max las vuelve a buscar a casa, Max la vuelve a tocar (212). En cambio resulta haber
incompatibilidad entre Vaux y construcción seudorreflexiva: Max se viene conmigo/*EI
coche se viene a costar 1/2 millón.

El análisis semántico divide a los Vmov en los tres tipos: Vdir [ir, entrar, subir..], Vdeplaz [acercarse, salir, tirarse, viajar..], y Vmc [agacharse, levantarse, tumbarse..], y Lamiroy subraya que en contraste con el francés son aceptables con infinitivo los tres. La diferencia semántica se refleja en el uso de las preposiciones: Vdir {a, *en), Vdeplaz (preferentemente hacia, hasta), Vmc (*a, en), y en el tipo de construcción reflexiva. La seudorreflexiva es típica de los Vdir, mientras que es característica la reflexiva primaria de los Vdeplaz y Vmc. Además los Vmc son obligatoriamente reflexivos.

Lamiroy misma expresa su insatisfacción con la clasificación de los Vdeplaz, que constituyen un grupo muy heterogéneo. Según mi punto de vista el problema radica en que su clasificación falla en varios lugares. P. ej. ha escapado a su atención que un verbo como salir es tan Vdir como lo es entrar, diferentes únicamente en que en salir se enfoca el punto de partida y no de llegada. Tampoco ha visto claro que la construcción infinitiva con Vdeplaz es igual de marcada que en francés, cuando se emplean en su sentido literal como Vmov, y que su realización normalmente requiere el apoyo de un nominal. Más adelante sí menciona brevemente que 'nadar a + infin.' es una situación marcada, pero su clasificación errónea le impide ver que este rasgo caracteriza al grupo de Vdeplaz entero.

Se encuentran los mismos mecanismos de extensión que en francés: fusión en Vdeplaz de ir + modo de mov.: (galopar = ir a galope), y variantes regionales, sobre todo americanismos: (recalar = llegar). Elabora una larga lista tentativa de los Vmov que teóricamente tienen posibilidad de construirse con 'a + infin' (apr. 200) para mostrar que la construcción es extraordinariamente operativa en español. En cambio no investiga la relación entre semántica y auxiliaridad en los Vmov. Es lástima, porque esa comparación revela factores interesantes. Aunque hay variación en el grado de auxiliaridad de los Vdir, todo el grupo nuclear de los Vaux son Vdir. Los Vdeplaz, en la medida en que aceptan una construcción infinitiva sin nominal locativo (y no reflexiva) pasan a la función auxiliar: voló a decírselo. La construcción reflexiva fija el sentido literal del Vmov (volver a/volverse a) y por lo tanto, los Vmc, que son obligatoriamente reflexivos, quedan excluidos de la auxiliaridad. Por eso se equivoca Lamiroy, cuando afirma que "les Vmt sont en tout cas susceptibles d'auxiliarité" (247).

Falta también un análisis detenido del aspecto de la construcción infinitiva correspondiente al del francés, aunque sí en algunos sitios señala factores que denotan aspecto perfectivo en los Vdir y los Vmc. Pero no llega a tener en cuenta el aspecto/modo de acción de los Vdeplaz, que, en sí, es imperfectivo, por lo cual no percibe que precisamente eso pudiera ser la explicación de la dificultad que tienen esos verbos para construirse con el infinitivo.

En el caso de haberse percatado de la diferencia de aceptabilidad de los Vmov con la construcción a que, un examen de esto desde el punto de vista de la semántica de los Vmov, le habría revelado una relación directa entre estos factores: la construcción es plenamente aceptable con Vdir y Vmc (véase más arriba), pero incompatible con los Vdeplaz, excepto aquellos que indican 'movimiento hacia' [acercarse]; lo cual a su vez es indicio de una relación entre el modo de acción y la aceptabilidad de la construcción.

En el capítulo final Lamiroy compara las dos lenguas, y llega, como era de esperar, a la conclusión de que la construcción con pour en francés y con para en español desempeñan la misma función semántica y sintáctica. En cambio, el parecido entre el infinitivo puro francés y el 'a infin' español no llega a ser absoluto, a causa de una serie de posibilidades

Side 300

sintácticas del español que no se dan en francés: a que, y anteposición y extraposición del infinitivo. Las dos últimas se explican como una idiosincrasia del español en general, y no relacionadas con la construcción infinitiva en particular. A la autora le resulta más difícil dar una explicación a la construcción a que, y desiste de tomar una postura definitiva ante su relación con la construcción infinitiva, lo cual resulta inaceptable debido a la posición central que da a este problema.

Lamiroy realza su enfrentamiento con la opinión tradicional del valor final del infinitivo,
pero teniendo en cuenta los análisis de Gross y Skydsgaard, no parece tan transcendental su
punto de vista.

En un resumen de las características de las dos construcciones en las dos lenguas, subraya el parecido entre Vmov y Vaux; p. ej. su incompatibilidad con Vmodales y Vestado (253). Aquí comete un error, porque, además según su propio análisis (207), existe una diferencia entre la función de auxiliaridad y de movimiento en [ir, llegar, pasar, venir, volver]. Como no toma en cuenta la diferencia entre ese grupo de auxiliaridad fuerte y los demás Vmov, tampoco puede establecer un paralelismo con el auxiliar fuerte francés, que, caso único, tampoco tiene la restricción V^ = * Vestado. Un argumento que hubiera restado fuerza a su conclusión de que la construcción con infinitivo puro y con 'û infin' son análogas en las dos lenguas.

Concluye que la gran diferencia entre ellas está en a que y la facilidad de los Vmov españoles para construirse con el infinitivo. Como he mostrado, ninguno de estos dos factores es tan incondicional como piensa ella, lo cual disminuye en parte la diferencia. Pero seguramente tiene razón cuando afirma que la situación actual del español corresponde a las posibilidades teóricas del francés.

En la parte teórica de la conclusión esboza, entre otras cosas, cómo el mecanismo de extensión
podría servir para ordenar el léxico de una lengua, estableciendo una relación entre
el léxico y la sintaxis mediante un sistema de restricciones.

Su estilo adolece de cierta prolijidad que muchas veces impide al lector formarse una idea clara de las líneas generales que sigue su trabajo, pero, en resumen, diría que es un estudio interesante, cuyo valor reside sobre todo en los muchos análisis sistemáticos, tanto de factores sintácticos como semánticos. Comprueba la importancia de combinar la sintaxis y la semántica en el estudio de las lenguas.

Copenhague