Revue Romane, Bind 17 (1982) 2

Palle Christensen y Johan Windfeld Hansen: Dansk-spansk ordbog. Copenhague, Munksgaard, 1982. 800 págs.

John Kuhlmann Madsen

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Sin llegar al nivel del monumental Spansk-dansk ordbog de Cari Bratli (Copenhague, 1947), este diccionario danés-español supone un claro adelanto en la lexicografía dano-cas te llana: con sus 800 páginas y unas 85.000 entradas supera considerablemente aquellos otros poquísimos— están a la disposición del público danés y escandinavo. Aunque los autores dicen que su diccionario fue concebido para los daneses que tengan que comunicar en castellano y no viceversa, también será de una utilidad indiscutible para el público de habla castellana que se interese por nuestra cultura.

La disposición tipográfica es consecuente'y clarísima, lo cual tratándose de una lengua de
léxico sintético como la danesa debería ser un sine qua non, pero que de hecho ha planteado
muchos problemas en otros libros de este tipo.

Es mérito de los autores el habernos dado un diccionario que abarca tantos vocablos de los más variados campos de la actividad humana: de las técnicas, medicina, ciencias, comercio, derecho, etc. y que también trata de captar la lengua viva de nuestros días. En los que se refiere a los autores, al manejar el libro —de un tamaño manejable: 12x19 cm- uno se da cuenta de que se trata de autores no sólo lexicógrafos sino también traductores: se nota en la extensa fraseología y en la nomenclatura de instituciones y organismos daneses. Este último campo ofrece soluciones útilísimas: Io nombres oficiales en castellano, como p.ej. Industrirâdet (DK)- Federación de Industrias Danesas; 2o traducciones neutrales y nombres oficiales de los homólogos españoles, p.ej. tipstjeneste: Servicio Nacional de Quinielas; (E) Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas Benéficas (PAMDB) ; 3° traducción por explicación de entidades que son típicas de la cultura danesa, p.ej. ombudsmand, fenómeno que se ha introducido en países de habla castellana con su denominación escandinava: (el) ombudsman(d), pero que en muchos textos no puede ponerse sin una explicación como la —muy exacta- que ofrece este diccionario: mediador (entre los ciudadanos y la administración).

Para cualquier tipo de reseña que se haga a un diccionario hay una serie de entradas "interesantes",
es decir, palabras o giros que siempre han resultado difíciles de traducir. Hay
que señalar que se ofrecen soluciones a hygge, -ligt, glœde sig til, Ole Lukoje y muchos otros.

Ante la acelerada invasión de anglicismos en la lengua danesa, los autores parecen haber optado por presentar los más usados de tipo técnico, p.ej. lay-out, know-how, marketing, hook. El que busque el empleo no literal de este último vocablo (como en han er hooked pâ det) tiene que buscar primero el sinónimo danés, lo mismo que el que quiera hablar en castellano del spot o su derivado verbal spotte = scette spot pâ, porque ahí no le valen burla, befa, mofa, escarnio. Y esto parece resumir los problemas de éste como de tantos diccionarios generales: el lenguaje de hoy. Los autores han hecho mucho por incluir las versiones castellanas de palabras danesas que hoy en día se usan mucho en el habla coloquial y han captado muchos matices, p.ej. fantastisk, que se ha convertido en una especie de aumentativo y que por lo tanto tiene poco que ver con fantasía, fantástico, fabuloso, F colosal; barnet opforte sig - pœnt: el niño se portó enormemente bien. Su empeño también se refleja en mandschauvisme: machismo, pero sorprende la ausencia de konsrolle; se nos ofrece ungdomsbevcegelse: movimiento juvenil, pero ¿donde están los tan usados flip(per), rokker, punkeri Creo que el lenguaje que ya se lee en los periódicos todos los días debería tener más cabida en la segunda edición de este diccionario.

Noto una tendencia (no muy pronunciada) hacia el purismo en algunas entradas donde el
español emplea extranjerismos en vez de/junto con palabras españolas: pongo como ejemplo

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spejder: explorador que parece ser la forma acuñada por la R.A.E., pero que normalmente es sustituida por scout o boy-scout pronunciada a la española. Por otra parte, marketing es marketing y en cuanto al danés los autores no han querido censurar la manía de mucha gente de sustituir la preposición om por omkring en frases como diskussionen om/omkring Suez Kanalen (s.v. omkring).

Recomiendan los autores que se consulte también un diccionario español unilingüe para la comprobación de las traducciones, especialmente cuando dan varios sinónimos. Esta recomendación debería encontrarse en todos los diccionarios bilingües. Es mérito de éste ofrecer artículos de hasta una columna entera, pero el criterio sigue válido. Añadiría que en cuanto a citas literarias o bíblicas es un tesoro el mencionado Spansk-dansk ordbog de Bratli y tiene la ventaja de ofrecer al mismo tiempo la traducción al danés.

En resumen, el Dansk-spansk ordbog es un instrumento útilísimo que puede pecar de las
inevitables omisiones, pero que se presenta como obra de sólido fundamento.

Copenhague